Pidióle a Dios Santa Teresa que el provincialato carmelita recayese en el padre Gracián, su confesor. Verificóse el capítulo y fué otro fraile elegido. Entonces la santa rogó a Dios que le perdonase si había errado, y el Señor le contestó: -Cierto es, Teresa mía, que me pediste lo que convenía; pero los frailes no siempre quieren lo que conviene.
Duque de Frías: Deleite de la discreción (1764, con las debidas licencias)
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