domingo, 24 de marzo de 2013

La soberbia humildad de Francisco (1)

...dosis diarias de humildad desde Roma

Dedicaremos una serie de posts a analizar la soberbia humildad de nuestro Santo Padre. Pero: ¡ojo! Que no nos suelten los pitbulls neocones ni descarguen sobre esta Sacristía sus trabucos aquellos que -muy respetablemente- creen que el Santo Padre es el Autor de la Fe y puede variar a tutiplén y sin consulta no sólo las normas litúrgicas, sino el  contenido mismo de la realidad. No juzgamos al Papa ni nos referimos a ninguna falta moral ni pecado suyo; empleamos el término "soberbia" en su tercera acepción: grandioso, magnífico.

¡La grandiosa humildad de Francisco! La prensa secular -antes hipercrítica y vatiliquienta hasta el sensacionalismo- ahora coincide con las Hojas Parroquiales en elogiar los miles de gestos diarios de humildad del Papa. ¿Qué será lo siguiente? ¿La aparición de un Doctorado en Humildad  en la Lateranense, orientado a los "presbíteros y agentes pastorales" de todo el mundo para que sigan el ejemplo de Francisco? ¿O la de uno en Espontaneidad en la Gregoriana?

Podríamos escribir mucho sobre este tema. Recordamos, especialmente, que el Dueño de esta Sacristía, interrogado hasta en más de tres ocasiones por distintas personas, vaticinó que el Cónclave -merced de las debilidades de los Cardenales ante la presión mediática- acabaría eligiendo a un progresista de baja intensidad que se desgañitaría en gestos y sería el Papa del Gesto. Veremos más sobre este asunto en un post de próxima aparición.

Sin embargo, hacemos nuestras las impresiones de una interesante y novísima bitácora de la blogósfera. Nos referimos al Blog del FAQ.  

Aunque ACIprensa, el Facebook y el Párroco de la Esquina continúen calificando los actos del Papa como humildes, FAQ aclara con suficiencia:

Q. Entonces te molesta que sea tan humilde…

A. Los tan populares actos del actual papa no son manifestaciones de humildad, sino de austeridad, que es otra cosa (una cosa buena, por cierto). La humildad es una virtud bien diferente, que no me consta que este papa cultive (eso solo lo sabe Dios).

Q. Entonces, ¿la austeridad…?

A. No, no me molesta… Lo que me molesta es la confusión que puede generar el mensaje.


Con respecto a la peculiar "sensibilidad" (palabreja horrible e inédita en materias canónicas, litúrgicas y doctrinales, pero que ahora oiremos más, junto con otras ídem como "intuiciones", "salir al encuentro" y "mano tendida") litúrgica del Santo Padre demostrada en los últimos días, tampoco el FAQ tiene pierde:


  Q. Entonces, según tú, Francisco se opone a Benedicto. 

A. Eso no lo he dicho yo ni lo ha dicho Francisco… pero se podría entender con tanto entusiasmo desmesurado y acrítico. Es lo que da a entender el propio Francisco.

Q. Pues a mí no me parece que el actual papa explícitamente…

A. Es famosa la anécdota con Marini…

Q. ¿Con quién?

A. Con monseñor Guido Marini, ceremoniero del Vaticano, experto en liturgia (por lo menos, más que Bergoglio). Cuando iba a salir al balcón para dar su primera bendición urbi et orbi, no solo le hizo saber de mala manera que no pensaba utilizar muceta ni capa, sino que tampoco quiso recibir su ayuda para ponerse la estola (sí para recitar el padrenuestro en italiano, empero); y al día siguiente, mientras lo ayudaba a revestirse para su primera misa en la capilla Sixtina, cuando le alcanzaba una casulla, Francisco le dijo: “Póngaselas usted, monseñor: el tiempo de carnaval se ha terminado“.

Q. Pero esas son calumnias de…

A. Quienes conocen su manera tan procaz de hablar dicen que esas perfectamente pudieron ser palabras suyas.

Q. ¿Eso es todo?

A. ¿Te parece poco? Además de la falta de cortesía, está el antimensaje litúrgico: creer que la austeridad también se ha de llevar a cabo en el terreno del culto debido a Dios.


Tenemos, queridos lectores, muchos temas para reflexionar en esta Semana Santa. La liturgia de hoy nos trajo a la mente la Entrada triunfal de Nuestro Señor a Jerusalén; eterno recuerdo de la banalidad y vanidad del sobonaje de las masas. Por más que éstas sean disfrazadas por los clérigos liberales con los atavíos imaginarios del  "hombre contemporáneo" lleno de "inquietudes" y "nuevos humanismos". 

(PS: Recomendamos altamente también el -hasta ahora y junto a Página Católica- ultimate observatorio panchístico, la Divina Pacomedia. No tiene pierde)

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